Dos Mil Páginas

¿Por qué escribo?

miércoles, 1 de noviembre de 2017


¿Por qué escribes?

Ésa es una pregunta que la gente a mí alrededor ha formulado en incontables ocasiones y la respuesta ha ido variando con el paso del tiempo. A decir verdad, me veo incapaz de encontrar una respuesta convincente. Sin embargo, sé que el deseo de escribir, de contar historias y pintar cuadros mediante palabras es algo instintivo que nace en mi interior. No sería capaz de imaginar una realidad en la que no me viera escribiendo.



Escribo porque respiro, porque vivo, porque lo necesito. Me es indispensable expulsar el huracán de pensamientos que deja patas arriba todo mi universo. Necesito gritar en silencio, utilizar las palabras sobre el papel, a veces delicadamente. Otras, violentamente.

En ocasiones, me sorprendo escribiendo. No me importa estar contento o triste, ni tampoco dónde esté. El impulso de plasmar la retahíla de ideas y pensamientos que cruzan mi mente acude a mí sin que importe la situación.

Mi escritora favorita dijo una vez que no le entraba en la cabeza la idea de que no todo el mundo deseara ser escritor. Hay momentos en los que no podría estar más de acuerdo con ella. Al menos para mí, sería imposible no expulsar todas estas historias, pensamientos y memorias que se mueven en mi interior.

Creo que mi pasión por el arte de bailar con las palabras se remonta a mi niñez. Recuerdo que siempre disfrutaba cuando en clase nos hacían escribir cuentos. Sin embargo, no fue hasta sexto de primaria, cuando me percaté de mi amor por las letras. Fue en clase de Lengua cuando nuestra profesora nos comentó que aquel día acordaríamos varios temas entre todos y que cada uno escribiría sobre el que más le entusiasmara.

Por aquel entonces, yo estaba descubriendo los cientos de mundos que se hallaban tras las páginas de los libros que hasta hacía poco había detestado. Tenía once años cuando comencé a percatarme de lo increíble que era la lectura y aquello supuso ser algo crucial en mi desarrollo personal.

Ahora que me hallo rememorando estos días llenos de inocencia y felicidad, la nostalgia llama a mi puerta de manera abrumadora. La simple idea de poder escribir una historia, como las que con tanto gusto y pasión leía, me parecía apasionante. El hecho de poder tejer un mundo entero con mis propias manos y un puñado de palabras se me hacía realmente excitante. Había tantas posibilidades por explorar, tantos mundos que visitar...

Nuestra profesora nos recordó que aquel trabajo tenía que ser entregado para la próxima clase y recuerdo lo contento que me hacía pensar que podría seguir escribiendo mi historia cuando llegara a casa. Y eso hice. Escribí sobre magos, brujas y escuelas de magia. Resulta familiar, ¿verdad? En mi defensa diré que tenía once años y estaba leyendo la saga de Harry Potter por primera vez en mi vida.

Nada más terminar, le enseñé el cuento del que tan orgulloso estaba a mí madre. El resultado de aquel trabajo se plasmaba en doce caras llenas de palabras que habían sido escritas de mi puño y letra. Me hallaba atónito ante la simple idea de pensar que aquello lo había hecho yo.

Fue así como me di cuenta de lo mucho que me apasionaba escribir, de lo que me emocionaban las historias. Llevo escribiendo desde entonces y todo lo que he aprendido gracias a este arte no lo puedo agradecer con palabras, aunque suene irónico.

Escribo porque lo necesito, porque es una necesidad que surge en lo más profundo de mi interior. Escribo, ante todo, por y para mí, aunque no estaría siendo totalmente sincero si no confesara que la idea de poder llegar a publicar me emocione. A pesar de escribir para mí, me pone los pelos de punta pensar que mis historias pueden llegar a más gente, que les pueden emocionar y acompañar al igual que muchas otras lo han hecho conmigo.

Por eso mismo sé que seguiré escribiendo, porque para mí es tan importante como respirar. Es algo tan natural como comer o beber, al menos para mí. Es una parte más de mí.

Y aquí concluye la historia de por qué escribo y cómo me enamoré de las letras.

-T.

Cambios.

jueves, 19 de octubre de 2017

A mi parecer, son escasas las verdades irrefutables. No obstante, es igual a ojos de todos que el paso del tiempo es inevitable. Nadie es capaz de luchar contra eso. La sensación de vértigo que echar la vista atrás evoca en mí es tremenda. Es impresionante reflexionar sobre la transformación que alguien puede llegar a padecer con el paso de los años. Algo que, a pesar de parecer pura fantasía, es la más cruda realidad. La gente cambia, lo quieras o no.


Si alguien me preguntara si sigo siendo la misma persona que era dos años atrás, me limitaría a responder con un simple y rotundo no. Todas y cada una de nuestras vivencias dejan una marca indeleble en nuestra personalidad y el motivo es simple: todas esas huellas son las que nos definen, nos guste o no.

Pese a ello, he de admitir que hay ocasiones en las que la nostalgia me abruma. Hay momentos en los que desearía volver atrás y ser quien era antes. Sé que puede sonar estúpido, pero no siempre es fácil llevarse bien con todas las facetas y versiones de uno mismo. Cuando no te sientes a gusto contigo mismo en la actualidad, deseas con todas tus fuerzas ser el de antes. Y cuando crees estar seguro de estar en tu mejor momento, reniegas de tu pasado.

En lo que respecta a este rinconcito en la red, mi experiencia con este blog ha dejado una gran marca en mí. Es una de esas partes de mí que siempre ocupará un hueco importante en mi corazón, debido a todo lo que ha supuesto para mí. Ha sido un lugar que, durante años, me ha permitido expresarme con total libertad y lo he enfocado a lo que más me apasiona: la literatura. Me ha hecho feliz durante muchos años, pero ya llevo mucho tiempo sin sentirme del todo a gusto con lo que plasmaba en Dos Mil Páginas.

Sin embargo, el cambio que el paso de los años ha supuesto en mí y en mi estilo de vida me ha hecho distanciarme de este lugar que tantas alegrías y tanta libertad me han aportado. He llegado a un punto en el que necesito abordar temas que van más allá de mi amor por los libros. Esto es algo que lleva rondando en mi mente desde hace ya un tiempo. Siento que, tal vez, podría darle un nuevo enfoque a esta plataforma con el fin de publicar mis escritos propios o intentar tratar otro tipo de asuntos que también me son de interés.

Aunque lo haya intentado en alguna que otra ocasión, siempre he terminado echándome hacia atrás al último momento. Creo que ha sido a causa del miedo de probar cosas diferentes. O tal vez, por temer salir de mi zona de confort.

Ahora mismo estoy pasando por un momento de cambios que aún estoy aprendiendo a afrontar. Me estoy adaptando a este nuevo comienzo a la vez que trato de reconciliarme con todas aquellas cosas de mi pasado que tengo pendientes, siendo Dos Mil Páginas una de ellas.

Es por ello por lo que he decidido volver a publicar algo en este hueco que tengo en Internet y al que tanto aprecio le tengo. No prometo quedarme, ni tampoco visitar este lugar regularmente, pero ahora mismo estoy en un momento en el que siento que me apetece volver a darle una oportunidad a este blog.

Nos vemos pronto. O eso espero.

-T.

Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos.

jueves, 8 de diciembre de 2016

18 de noviembre del 2016.

Llevaba años esperando aquel día. La lluvia caía con fuerza y el viento no dudaba en llevarse por delante todo lo que se le pusiera en frente. Aunque el tiempo no acompañara, yo me encontraba eufórico. Habían pasado más de tres años desde aquella tarde de septiembre en la que se anunció que en íbamos a volver al Mundo Mágico al menos por una vez más.

Tras meses de adelantos, rumores y teorías de las que me he intentado mantener un poco alejado por el miedo a estropear la magia de Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos, había llegado el gran día. Por fin íbamos a volver al Mundo Mágico.

Compré una entrada de cine que me llevó al Nueva York de los años veinte durante un par de horas que se me hicieron demasiado cortas. Por fin volvía a casa, aunque una vez allí, me di cuenta de que todo me resultaba familiar y a la vez muy extraño.

Por fin pude conocer a Newt Scamander, un mago de lo más curioso. El señor Scamander no es una persona fácil, es más bien todo lo contrario. Es el ejemplo perfecto de lo que muchos consideraríamos un anti héroe en potencia. No es lo que se dice alguien muy sociable y es una persona bastante introvertida. Vive por y para sus bestias, criaturas mágicas que viven en el interior de una desgastada maleta que lleva a todos lados y que esconde muchísimas sorpresas.

Fue expulsado de Hogwarts por poner la vida de un estudiante en peligro y Dumbledore fue el único profesor que salió en su defensa. Nació y vivió en Gran Bretaña, por lo que, al igual que el espectador, tan solo conoce el Mundo Mágico británico. Me he encantado viajar y conocer el Mundo Mágico de Estados Unidos mediante él debido a este motivo en particular.

Hay muchísimas incógnitas sobre su pasado que espero poder ir conociendo a lo largo de los años, porque aún nos quedan cuatro viajes más al Mundo Mágico junto a Newt. En esta primera película hemos podido conocer un poco a Newt y me ha gustado mucho lo poco que hemos logrado descubrir sobre él en esta primera película. Es evidente que se trata de un persona con claros y sombras y no es tan inocente como parece. Se ve que es alguien que ha sufrido y que lo ha pasado mal y que aún vive aferrado al pasado, tal y como podemos observar en el momento en el que Queenie le pregunta por Leta Lestrange.

Y hablado de los personajes secundarios, he de decir que me han fascinado. Tenemos a Tina, una ex-auror que acompañará a Newt en toda la locura que esta historia les deparará. Me atrevería a decir que es el personaje principal que menos me ha gustado, debido a que no llegamos a conocerla en profundidad y espero que eso cambie a lo largo de las siguientes películas, porque creo que tiene un gran potencial.

En cambio, Queenie, la hermana de Tina y Jacob me han fasciando. Son personajes de lo más diferentes, y contrastan mucho con los protagonistas que tenemos en la saga original de Harry Potter. Queenie es una bruja legerimente de lo más soñadora y curiosa. Jacob, por otro lado, es un muggle (o nomaj, como les llaman en Estados Unidos) que se ve inmerso en el Mundo Mágico desde el inicio de la película. Este último es un personje que, pese a tener sus momentos graciosos, demuestra ser alguien valiente a quien se le coge muchísimo cariño desde el principio. Sin lugar a dudas, se ha convertido en uno de mis personajes favoritos de este película.


Credence me ha parecido otro de los puntos fuertes de esta historia. Se trata de un joven atormentado, hijo de la líder de los Segundos Salemitas, una especie de sociedad que cree en los magos y brujas y desea erradicarlos. Vive con miedo y para él el maltrato se ha convertido en algo habitual. Todo el peso simbólico que este personaje conlleva me ha encantado y sirve como puente entre las dos tramas principales que nos presenta esta cinta.

Por otra parte, las criaturas me han parecido otro de los puntos fuertes de esta película. Parecen reales y si le echáis un vistazo al libro de Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos publicado en 2001, podréis encontrar información sobre casi todas las criaturas que aparecen en la cinta. La manera en la que los protagonistas interactúan con las criaturas y la importancia que éstas tienen en la trama me han gustado muchísimo.

Me he reído mucho con las escenas protagonizadas por el escarbato y los personajes principales. Jamás me había reído tanto con una película del Mundo Mágico como con ésta. Todas y cada una de las criaturas son sumamente originales y a la vez muy reales.

La escena en la que entramos por primera en la maleta de Newt es una de mis favoritas de la película. Me encontraba boquiabierto, maravillado por ver cómo la magia ocurría delante de mis ojos durante los minutos en los que esta escena transcurre. Aún hay muchísimas cosas que nos quedan por conocer sobre el Mundo Mágico y eso es algo que se ve reflejado en esta historia.

Además, la mayor parte de la trama ocurre en el mundo muggle (o nomaj), aunque también haya puntos de la trama que transcurren en lugares mágicos y eso me ha gustado mucho. El contraste que se ve entre el mundo muggle y el mágico, cosa que no habíamos podido apreciar con tanta profundidad en la saga de Harry Potter, me ha parecido de lo más interesante.


Por otro lado, la trama es muchísimo más oscura de lo que esperaba. Los Segundos Salemitas y el Obscurus le dan una mayor profundidad al argumento, dotándola con elementos que le dan un giro de 180 grados a la historia que creemos que nos vamos a encontrar en un primer momento.

El guión me ha parecido espléndido. J.K. Rowling, ha hecho un gran trabajo en crear y escribir esta historia. A medida que la película avanzaba, podía sentir cómo esto era real. Y esa sensación se debía a que los personajes, el mundo y la historia eran muy diferentes a los de la saga original, pero a la vez sabías que pertenecían al mismo mundo. Eso es algo que solo la autora original podía conseguir y se ve desde el primer momento que ésta es una historia original escrita por Rowling.

Por último, podría extenderme hablando de lo increíble que me han parecido la fotografía, la banda sonora y los efectos especiales, pero creo que he conseguido transmitir lo que esta película me ha hecho sentir mediante esto que he escrito hoy.

Simplemente quiero concluir diciendo que estoy muy agradecido de haber vuelto al Mundo Mágico una vez más, acompañado por unos personajes y una historia tan bien creados.

Cuando los libros invaden Instagram y no paro de dar likes.

martes, 24 de mayo de 2016



Instagram es una de las redes sociales más populares del momento. A lo largo de los últimos años, el enorme crecimiendo que ha sufrido dicha plataforma ha derivado en diferentes comunidades que podemos encontrar dentro de la red social. Son ejemplo de ello, entre otros, las comunidades enfocadas a los viajes o la moda. Y como era de esperar, la literatura también se ha hecho un hueco en esta plataforma en la que el medio de comunicación es la fotografía: #bookstagram.

Podría decir que Instagram es la plataforma que más utilizo. Es verdad que no es la que más actualizo y sin embargo, no hay día en el que no entre y eche un vistazo a mi página de inicio, descubriendo nuevas fotografías que me gustan y que me inspiran para mis propias creaciones.

Por otro lado, en lo que a #bookstagram respecta, no soy alguien que suba muchas fotos de libros. Si visitáis mi perfil (tenéis el widget un poco más abajo), veréis fácilmente que hay muy pocas fotografías de temática literaria y eso es algo que quiero ir cambiando poco a poco, aunque no prometo nada.

Supongo que la mayoría de vosotros conocíais esta comunidad de Instagram que se está extendiendo cada vez más y es por ello por lo que hoy os quieror recomendar mis cuentas de #bookstagram favoritas. ¡Así que allá vamos!


1. Maniacwithbooks.

Las fotos que podemos encontrar en el perfil de António me gustan especialmente por su estética cuidada. Me gustan mucho los colores  tan claros que utiliza. Además, la forma que tiene hacer fotos que refleja la manera que tiene de fotografiar un elemento tan sencillo como un libro con una estética muy personal.





2. Bookbabbleblog.

Kris tiene una manera muy curiosa y personal de retratar libros. Al igual que la cuenta anterior, ella también tiene una estética muy personal y me gusta la manera que tiene de componer la foto, ya que hace uso de elementos que recuerdan a la portada del libro o que están relacionados con la trama de la novela que fotografía, consiguiendo así un resultado cuidado, original y llamativo.




3. Abookishloveaffair.

Y por último, tenemos a Alissa, una chica que hace fotografías más sobrias que la cuenta anterior, pero que tienen también mucha personalidad. Intenta mezclar diferentes tipos de elementos en sus fotos, consiguiendo así un feed chulísimo en el que las fotos no tiene una misma estética y aún así combinan a la perfección.






Y vosotr@s, ¿conocíais #bookstagram? Y de ser así, ¿cuáles son vuestras cuentas favoritas?

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